Cómo ya expliqué con anterioridad, el dolor y el sufrimiento fueron de una dimensión extrema y con un umbral de esfuerzo demasiado elevado para un evento tan largo, lo que provocó que al finalizar la carrera notara un alivio contenido, que a la vez se convirtió en el principio de la caída, en el principio de la lesión.
Hielo, antiinflamatorios y reposo, esos han sido mis acompañantes de los últimos días y sobretodo una sensación y un "miedo" por haberme roto algo más que el alma, por haberme hecho daño de verdad.
Finalmente, el jueves fuimos al médico para ver el impacto real de tal esfuerzo y afortunadamente el diagnóstico fue positivo dentro de lo que podía haber sido:
- Sobrecarga medial de la Tibia izquierda por "estrés" muscular:
Poco he tardado en volver a las andadas, en tan solo 6 días ya estaba nadando a pesar de no poder apoyar la pierna en el suelo, solo por tener la sensación de sentirme en marcha de nuevo y no caer en la desidia ni en la "tranquilidad".
Siempre, esa sensación de vivir al minuto, de absorber cada segundo de la vida.
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